La principal decisión del proyecto fue mantener y destacar el espacio a doble altura como vestíbulo, lugar de paso y espera, convirtiéndolo en el elemento más característico del centro. Este enfoque en la arquitectura interiorismo permitió crear un espacio fluido y conectado visualmente, favoreciendo la interacción y el movimiento dentro del local.

En la planta baja se encuentra la sala principal colectiva, accesible a través de un amplio pasillo que alberga los baños (incluyendo un baño accesible y un baño infantil con zona de cambio) y un aula pequeña para clases particulares de hasta tres personas. El acceso a la planta superior se realiza por una escalera ubicada en el vestíbulo de entrada.

La entreplanta cuenta con una zona diáfana que conecta visualmente con el vestíbulo de la planta baja, creando un ambiente abierto y fluido. Esta área sirve de zona de paso y juegos, y proporciona acceso a una sala polivalente y a los aseos para hombres y mujeres. También incluye una zona de almacén e instalaciones. Este diseño responde a la búsqueda de funcionalidad, calidad espacial, máxima iluminación natural y transparencia, elementos esenciales en proyectos residenciales y comerciales modernos.

Dado que se trata de una escuela de música, las exigencias acústicas eran muy elevadas. Se realizó un exhaustivo estudio acústico para garantizar el aislamiento entre aulas y respecto a las viviendas y locales colindantes, creando cajas acústicas aisladas unas de otras. Este enfoque asegura que la calidad del sonido se mantenga óptima dentro del centro, reflejando las mejores prácticas en arquitectura y diseño.